Capítulo 40 Más cerca de lo que piensas El pulso de Elena latía con fuerza en sus oídos.
Más cerca de lo que crees.
Las palabras de Philip se repetían en su mente mientras estudiaba su rostro en busca de cualquier signo de engaño.
Parecía exhausto, cauteloso; no como un hombre atrapado con las manos en la masa, sino como alguien que ya había perdido.
Naomi se cruzó de brazos.
Si estabas intentando detener al verdadero traidor, ¿por qué no viniste con nosotros? Philip se burló, sacudiendo la cabeza.
¿De verdad crees que eso hubiera funcionado? ¿Que yo pudiera entrar en la oficina de Elena y decirle que alguien de su círculo íntimo la está traicionando? Exhaló.
No me hubieras creído.
Elena mantuvo una expresión indescifrable, pero en el fondo sabía que no se equivocaba.
Si Philip le hubiera planteado esa teoría antes de hoy, la habría descartado de plano.
Pero ahora, ya no estaba segura de nada.
Ella se enderezó.
¿Quién es? Philip vaciló.
A Elena se le acabó la paciencia.
Si quieres tener alguna posibilidad de salir de esto con tu carrera intacta, empieza a hablar.
Ahora.
Philip se pasó una mano por el pelo.

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No sé exactamente quién, pero sé dónde empezar a buscar.
Naomi entrecerró los ojos.
Eso no es suficiente.
Es todo lo que tengo espetó Philip.
Quienquiera que sea, ha sido cuidadoso… un fantasma.
Me enteré de su existencia cuando empecé a notar inconsistencias en los informes financieros.
Números pequeños, cosas que nadie cuestionaría, pero que no cuadraban.
Elena frunció el ceño.
¿Crees que han estado blanqueando dinero? Philip asintió.
O canalizando los activos de la empresa a algún lugar fuera de los libros.
Y cuanto más investigaba, más cosas no tenían sentido.
Elena intercambió una mirada con Naomi.
No se trataba solo de filtraciones: alguien estaba moviendo dinero.
Philip se inclinó hacia delante.
Logré rastrear parte de la actividad hasta uno de los servidores internos de la empresa , pero el acceso es restringido.
Solo un puñado de personas tienen autorización.
A Elena se le hizo un nudo en el estómago.
Eso significaba que tenía que ser alguien de alto rango.
Se volvió hacia Jordan, que había estado escuchando en silencio.
¿Qué tan rápido podemos obtener los registros de acceso a ese servidor? Jordan ya estaba escribiendo en su tableta: Puedo tenerlos en una hora.
Philip exhaló y se sentó.
Entonces verás que digo la verdad.
Elena lo estudió durante un largo momento.
Si mentía, lo hacía muy bien.
Pero si decía la verdad… entonces el verdadero traidor era alguien en quien ella confiaba.
La voz de Naomi era baja: Si lo que dices es cierto, tenemos un problema más grande de lo que pensábamos.
Elena asintió lentamente, formándose un hoyo en su estómago.
Esto no fue un simple sabotaje.
Esto fue un trabajo interno.
Y ahora necesitaba descubrir quién movía los hilos, antes de que fuera demasiado tarde.